Actualmente, las respuestas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 siguen siendo poco conocidas y la utilidad clínica de las pruebas serológicas no está clara. En este estudio (https://www.nature.com/articles/s41591-020-0897-1 ) realizado en 285 pacientes con COVID-19 se midió la respuesta aguda de anticuerpos al SARS-CoV2 y se observó que el 100% de los pacientes dieron positivo, dentro de los 19 días posteriores al inicio de los síntomas, para inmunoglobulina G (IgG) antiviral. La seroconversión para IgG e IgM ocurrió simultáneamente, aunque también en algunos casos secuencialmente. Los títulos de IgG e IgM se estabilizaron dentro de los 6 días posteriores a la seroconversión. Como conclusión los autores indican, que las pruebas serológicas pueden ser útiles para el diagnóstico de pacientes sospechosos con resultados negativos de RT-PCR y para la identificación de infecciones asintomáticas.
Es cierto que actualmente la única prueba que permite saber si una persona tiene infección activa por el virus SARS-Cov-2 es el análisis por la técnica PCR de muestras de exudado nasofaríngeo, aún así, sabemos que hay un pequeño porcentaje de falsos negativos, debidos casi siempre a errores en la toma de la muestra y errores en la fase de transporte.
La serología tanto, en muestras de sangre venosa, como en los tests rápidos de sangre capilar detectan anticuerpos circulantes, y en caso de ser positivas indican que la persona ha sido infectada por el virus. Sin embargo, de forma aislada, estas pruebas no permiten la toma de decisiones para diagnostico individual. Los tests rápidos están desaconsejados por el Ministerio de Sanidad español, salvo para la investigación. Estos tests rápidos tienen un porcentaje no desdeñable de falsos positivos en Ig M, a menudo por reacción cruzada con otros virus.
Hemos iniciado este comentario al artículo de Quan-Xin Long et al, indicando que actualmente no está claramente establecida la respuesta inmune al SAR-COV-2.; se ha hecho una trasposición directa de lo que ocurre con la cinética de producción de anticuerpos de IgG e IgM en otras infecciones, sin saber si esto ocurre igualmente en el caso del SRA-COV-2. Los autores de este trabajo concluyen que en el estudio serológico de la COVID 19 no debe ser tenida en cuenta la distinción entre IgG e IgM, ya que ambas indican antecedentes de infección, y la IgG se puede presentar sincrónica o incluso anteriormente a la IgM en algunos casos, o también elevarse poco después que esta. Tener un resultado positivo en la serología junto con una PCR negativa o con un diagnóstico clínico previo de COVID19, en el que han desaparecido los síntomas, indica infección pasada. Sin embargo, es muy importante que las personas sigan manteniendo todas las medidas de prevención del contagio, por dos razones fundamentales: porque puede seguir llevando el virus de una persona enferma a otra a través de las manos o de objetos contaminados, y porque desconocemos la duración de la protección que pueden conferir los anticuerpos generados. Por ello, no debería adoptarse hoy en día, la idea de crear carnets o pasaportes serológicos de inmunidad
Los autores destacan dos limitaciones en este estudio, Primero, no analizaron las muestras para neutralizar el virus y, por lo tanto, se desconocen las actividades neutralizantes de los anticuerpos IgG detectados. En segundo lugar, debido al pequeño tamaño de la muestra de pacientes en estado grave y crítico, es difícil determinar la asociación entre la respuesta de anticuerpos y el curso clínico.
Todos estos datos indican que la detección de anticuerpos específicos de virus para COVID-19 podría ser importante como complemento de las pruebas de ácido nucleico para el diagnóstico de casos sospechosos con resultados negativos de RT-PCR y en la encuesta de infección en contactos cercanos asintomáticos. Confirmar los casos sospechosos de COVID-19 lo antes posible con la ayuda de pruebas serológicas podría reducir el riesgo de exposición durante el muestreo repetido y ahorrar pruebas de RT-PCR. Resaltando la importancia de las pruebas serológicas para lograr estimaciones más precisas del alcance de la pandemia de COVID-19.
Comentarios por Dra Esther Redondo y Dr Enrique Mascarós.