Hemos podido leer con detenimiento el artículo publicado por Chen Y. et al. en el Emerging Infectious Diseases en el que se analiza el papel que tiene la resistencia a macrólidos en la población pediátrica que presenta una neumonía adquirida en la comunidad (NAC)
El estudio parte de la ya conocida alta tasa de prevalencia de Mycoplasma pneumoniae resistente a macrólidos en Asia para realizar una revisión sistemática y un metanálisis con el objetivo de estudiar el efecto que tiene sobre sus manifestaciones clínicas.
Los investigadores no encontraron diferencias en la gravedad clínica entre las infecciones por Mycoplasma pneumoniae sensible o resistente a macrólidos. Sin embargo, en los datos agrupados, los pacientes infectados con cepas resistentes tuvieron un período febril más largo (1.71 días), la duración de la hospitalización fue mayor (1.61 días), precisaron más días de antibiótico (2.93 días) y presentaron un tiempo de defervescencia después del tratamiento mayor (2.04 días) en comparación con los pacientes infectados por cepas sensibles. Otro hallazgo significativo fue que el riesgo de presentar fiebre las 48 horas después del tratamiento con macrólidos era también significativamente mayor (OR 21.24).
Debido a todo anterior una mayor proporción de estos pacientes tuvo que cambiar a tratamientos de segunda línea (OR 4.42).
La resistencia a macrólidos de Mycoplasma pneumoniae supone un desafío diagnóstico y terapéutico. Siendo necesario disponer de herramientas diagnósticas más precisas y definir pautas de tratamiento concretas en el futuro.