Por la Dra. Esther Redondo
En las bacterias capsuladas, como por ejemplo el neumococo, los polisacáridos capsulares constituyen el mayor factor de patogenicidad e inducen la formación de anticuerpos opsonizantes protectores en el sujeto infectado. Esta circunstancia sirve de base para la fabricación vacunas polisacaridas planas. Con el desarrollo de la tecnología de la conjugación en el proceso de fabricación de vacunas, al combinar los polisacáridos capsulares junto a una proteína transportadora (carrier) se consigue una respuesta inmune T dependiente que resulta ser mucho más específica, robusta, inmunógena, selectiva, de mayor duración y eficaz en edades menores de 2 años.
En el proceso de elaboración y fabricación de vacunas es imprescindible conocer como se desarrolla la inmunidad natural frente a la enfermedad que queremos prevenir, con el objeto de imitar la respuesta inmune ante la infección natural, provocando mecanismos similares que confieran protección antes de la exposición al agente infeccioso.
El sistema inmunológico específico o adaptativo, con sus linfocitos B y T, es el responsable de generar la inmunidad duradera que sigue a una infección natural o a las inmunizaciones[i]. Tras la exposición al antígeno, las células B y T proliferan en clones y producen anticuerpos, generalmente del tipo IgM y células efectoras específicas. Esto constituye la respuesta primaria. Las citoquinas estimulan la proliferación de células B acelerando la síntesis de las primeras moléculas de IgG y formando las células memoria, necesarias para que en un nuevo encuentro con el patógeno se genere la respuesta inmune secundaria. Las células de memoria se dividen más rápidamente que las células B, formando de forma inmediata y acelerada algo de IgM y, posteriormente, una gran cantidad de moléculas IgG específicas, con una elevada afinidad por el antígeno.
Además, dependiendo de la naturaleza del antígeno vacunal es posible generar también una respuesta mediada por células con potencial citotóxico, linfocitos T CD8 citotóxicos capaces de limitar los agentes infecciosos, habitualmente virus, destruyendo las células infectadas o/y secretando citoquinas antivirales específicas.
Ante la vacunación, aunque la mayor parte del efecto inmune inducido son esencialmente los anticuerpos que se combinarán específicamente a una toxina o a un patógeno, muchos antígenos y vacunas pueden ser capaces de provocar una respuesta tanto de células B humoral como de células T celular, sin que sean mutuamente excluyentes; sino que, las células T CD4, son necesarias para la producción de anticuerpos y los anticuerpos ejercen una notable influencia en la respuesta celular T en el caso de patógenos intracelulares.
En las bacterias capsuladas que causan enfermedades invasivas, como por ejemplo el neumococo, los polisacáridos de la cápsula constituyen el mayor factor de patogenicidad e inducen la formación de anticuerpos opsonizantes protectores en el sujeto infectado. Esta circunstancia sirve de base para la fabricación de las primeras vacunas polisacaridas planas ( no conjugadas) que producen una repuesta inmune de tipo primaria. Sin embargo, con el desarrollo de la tecnología de la conjugación en el proceso de fabricación de vacunas, al combinar los polisacáridos capsulares junto a una proteína transportadora (carrier) se consigue una respuesta inmune T dependiente, con inducción de memoria inmunológica mediada por células B (IgG) (ver figura 1)
Figura 1: Evolución en el desarrollo de vacunas polisacaridass versus polisacaridas conjugadas
Esta respuesta inmune resulta ser mucho más específica, robusta, inmunógena, selectiva, de mayor duración y con la ventaja de ser efectiva en edades donde las polisacáridas no conjugadas no lo son (menores de 2 años).
Las principales diferencias entre las vacunas antineumocócicas polisacaridas vs. Vacunas conjugadas se recogen en la tabla 1.
Tabla 1. Características de Vacuna antineumococica 23-valente y 13-valente
Vacuna antineumococica 23-valente polisacarida | Vacuna antineumococica 13-valente conjugada |
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- Gil de Miguel A, Del Barrio JL, Carrasco P, Gil R, Jiménez R, López A, S. Román J. Concepto y Clasificación de las vacunas. En: Guía de Vacunas en la oficina de farmacia. Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacia, 2010. Cap 2, pp 20-23
- [i] Claire-Anne Siegrist. Vaccine Immunology In Vaccines Stanley A. Plotkin, Walter A. Orenstein and Paul A. Offit. 5th ed. Published Philadelphia, Pa.; [London]: Saunders, 2008.
- Cisterna R. Aspectos inmunológicos de las vacunas. En: Cisterna R et als. Valor de las vacunas: evidencia científica. IMC 2011, pp 11-16
- Pineda Solas V. Vacunas conjugadas. Revista Pediatría de Atención Primaria 2005;
- Pollard AJ, et al. Nature Reviews Immunology 2009;9(3): 213-2.
- De Roux A et al. Clin Infect Dis. 2008;46(7):1015-23.
- Dra. Ramirez Puerta Aspectos Generales de las Vacunas. En:. Recomendaciones Semergen de Vacunación en el adulto.2013. Ed. MMC. ISBN: 978-84-695-8088-2