Falsas creencias sobre neumonía

Por la Dra. Esther Redondo Margüello

Explica a tus pacientes los cinco errores más comunes entorno a la neumonía:

  1. La neumonía viene de un resfriado mal curado.

Aunque en fases iniciales de una neumonía, los síntomas pueden ser similares a los de un catarro, o infección de vías respiratorias altas, con secreción nasal, molestias de garganta, estornudos y tos, en el caso de la neumonía,  la infección afecta al tejido pulmonar y los síntomas evolucionan con mayor intensidad: fiebre elevada (superior a 38º) escalofríos, mal estado general, dolor de pecho o de costado, tos productiva, y en ocasiones incapacidad para realizar las tareas de la vida diaria o asistir al trabajo. La neumonía, a diferencia del catarro, que puede curar solo, necesitará tratamiento médico y a veces hospitalización.

La neumonía puede complicarse y en ocasiones la infección pasa a la sangre y se generaliza, dando complicaciones como la meningitis o la sepsis.

 

  1. La neumonía se puede evitar abrigándote, no exponiéndote al frío, bebiendo mucha agua y con una buena alimentación.

Sin duda, una dieta adecuada, la lactancia materna, no fumar, no exponerse a ambientes contaminados, una adecuada higiene de manos, la práctica de ejercicio físico moderado, desechar los pañuelos utilizados, cubrirse la boca al toser… pueden ayudar a no contraer neumonía. Pero la principal forma de evitarla es mediante la vacunación.

Durante el tiempo frío, hay más casos de neumonía, pero está en relación con que se comparte más tiempo en espacios cerrados, con mayor densidad de personas, siendo más fácil para los gérmenes el propagarse de una a otra persona, y es que  los principales microrganismos causantes de  neumonía, como  por ejemplo el neumococo, están en la nariz y garganta humanas y se pueden contagiar a cualquier persona a través de la saliva, estornudos, tos… hecho que se ve facilitado en espacios cerrados y con gran número de personas.

 

  1. La neumonía no suele tener importancia se cura con antibióticos y en unos días te encuentras bien de nuevo.

La neumonía es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, en nuestro país, está situada junto a otras infecciones respiratorias bajas, como la décima causa de muerte, y cada año más de 89.000 adultos mayores de 50 años son hospitalizados por neumonía, lo que supone una gran carga de enfermedad para el paciente, la sociedad y el sistema sanitario español.

El 40% de los pacientes con neumonía pueden necesitar hospitalización y de ellos alrededor del 10% necesitarán estancia en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Los adultos de 50 o más años que son hospitalizados por neumonía neumocócica permanecen una media de 12 días ingresados.

La neumonía puede ser una enfermedad importante aunque seas joven y sano, y en el mejor entorno sanitario puede apartarte de tus actividades durante una media de 13 días, pero además, en el caso de los pacientes crónicos tendrán mayor riesgo de hospitalización, hasta 73 veces que  personas sin patología crónica.

También tu enfermedad de base puede complicarse y empeorar, te damos algunos ejemplos: EPOC y neumonía: supone progresión y aumento de exacerbaciones de la EPOC, Diabetes y neumonía: evolucionan con frecuencia hacia descompensación de la diabetes y aumento de probabilidad de presentar disfunción renal y cardíaca. Enfermos cardiovaculares crónicos con neumonía: tienen aumento del riesgo de muerte a los 30 días de padecer una neumonía en el 40% de los casos.

 

  1. Para curar la neumonía hay que tomar antibióticos.

Los antibióticos sólo se utilizan para tratar infecciones bacterianas y las neumonías no son siempre por esta causa. Aunque las bacterias son la causa más común (80-85%) y dentro de ellas, el Streptococo pneumoniae, supone al menos un 30% del total de neumonías adquiridas en la comunidad, los virus (15%) y los hongos (5%) también pueden causar neumonía.

Si la neumonía está causada por una bacteria, necesitará de tratamiento antibiótico, que se deberá completar, junto con reposo en el domicilio, todo el tiempo prescrito por el médico y no suspender el tratamiento aunque exista mejoría. Hay que conocer que a pesar del tratamiento, hay casos que podrían requerir el ingreso en un hospital, para tener un soporte con medicamentos vía endovenosa, oxígeno…

Las neumonías virales, como la gripal, no suelen precisar tratamiento antibiótico, salvo que se compliquen con sobreinfecciones bacterianas, y el médico decidirá sobre el tratamiento más adecuado en cada caso.

Es muy importante no tomar antibióticos ante cualquier síntoma respiratorio, y hacerlo solo bajo estricta prescripción médica, ya que de lo contrario, podríamos contribuir al desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos y dificultaríamos la curación de este tipo de procesos en un futuro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) insta a seguir esta recomendación, no automedicarse y no tomar antibióticos sin la correspondiente prescripción médica.

Las vacunas ayudan a prevenir las resistencias bacterianas a antibióticos porque disminuyen la necesidad de prescribir antibióticos y con ello minimizan la presión selectiva del fármaco que puede dar lugar a la aparición de cepas bacterianas resistentes. Las vacunas antineumococicas conjugadas y las vacunas antigripales al disminuir la neumonía, la otitis media, y la probabilidad de infecciones bacterianas secundarias a gripe, reducen la necesidad de utilizar antibióticos y previenen la aparición de resistencias frente a los mismos.

 

  1. La vacuna para la neumonía es solo para ancianos:

Las personas mayores de 65 años de edad, al igual que los menores de 5 años, tienen un mayor riesgo de contraer neumonía, pero eso no quiere decir que solamente estos grupos sean los únicos de riesgo.

Todas las personas con enfermedades crónicas como: cardiopatías, EPOC, asma, fibrosis quística, diabetes, enfermedades hepáticas y renales crónicas, tabaquismo, enolismo, inmunodepresión (por ejemplo, tratamientos contra el cáncer o enfermedades inmunológicas, la infección por VIH…) deben consultar a su médico sobre su riesgo de infección gripal y  neumocócica y  si estuviese indicada, en su caso, la vacunación.

También es importante conocer que entre un 15-20% de los casos de neumonía en nuestro entorno, se producen en personas sanas sin factores de riesgo.

Se puede calcular fácilmente el riesgo individual de neumonía en la aplicación gratuita Neumorisk:   http://neumorisk.es/

La neumonía puede ser prevenible mediante vacunación, principalmente con las vacunas antigripales y antineumocócicas. Las vacunas producen una respuesta similar a la infección natural, pero sin exponer a la persona vacunada a los riesgos de la infección natural, son seguras, están avaladas por importantes ensayos clínicos previos a su comercialización, y por estudios de seguridad post comercialización. La mayoría de las reacciones vacunales que se pueden presentar son leves, temporales y generalmente suceden en el punto de aplicación de la vacuna, como por ejemplo, un brazo dolorido.

El mejor momento para vacunarte te lo indicará tu profesional sanitario, hay enfermedades estacionales como la gripe, en las que la vacunación se hace cada año en temporada gripal, mientras que en el caso de la enfermedad neumocócica la vacunación puede hacerse en cualquier momento del año.

CONSULTA CON TU PROFESIONAL SANITARIO

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